La Celebración de Nuestra Herencia Hispana: Una Reflexión Personal
Hoy sin ser el día en que se celebra como es costumbre, quiero abrir mi corazón y compartir mis pensamientos sobre algo que lleva años siendo parte de mi vida y de nuestra comunidad: el Mes de la Herencia Hispana y lo que esto significa.
Desde hace veinte años, he observado cómo esta celebración ha crecido y se ha transformado en un reconocimiento nacional en Estados Unidos. Cada 15 de septiembre, empezamos a celebrar no solo nuestra independencia en varios países latinoamericanos, sino también nuestra presencia y contribución en esta nación que ahora es nuestro hogar.
Esta celebración, iniciada en 1968 y extendida a un mes completo por Ronald Reagan, no solo reconoce nuestras raíces, sino también nuestro presente y futuro en los Estados Unidos. Como colombiano, y como muchos de ustedes, llevo la berraquera en la sangre, esa fuerza que nos caracteriza y nos impulsa a salir adelante, a pesar de los obstáculos.
En nuestra rica historia y cultura hispana, hay innumerables ejemplos de individuos cuyas contribuciones han dejado una marca indeleble en el mundo. Estas personas no solo han alcanzado el éxito en sus respectivos campos, sino que también han abierto caminos y se han convertido en fuentes de inspiración y orgullo para la comunidad hispana y más allá. Hoy, quiero destacar a cinco hispanos extraordinarios cuyas historias de perseverancia, talento y dedicación nos llenan de admiración y nos recuerdan el vasto potencial que reside en nuestra comunidad. Desde la literatura hasta el espacio, desde las artes escénicas hasta las más altas cortes de justicia, estos individuos representan lo mejor de nuestra herencia y legado.
Gabriel García Márquez: El Nobel colombiano es uno de los escritores más influyentes del siglo XX. Su obra maestra, “Cien Años de Soledad”, es considerada una de las más significativas de la literatura universal, y su estilo, conocido como realismo mágico, ha influenciado a generaciones de escritores en todo el mundo.
Ellen Ochoa: Astronauta y primera mujer de ascendencia hispana en ir al espacio. Ochoa es un símbolo de la contribución hispana en la ciencia y la exploración espacial. Con varios vuelos espaciales en su haber, Ochoa ha sido una fuente de inspiración para jóvenes, especialmente niñas, interesadas en las ciencias y la ingeniería.
Rita Moreno: Una de las pocas artistas que ha ganado los cuatro premios más importantes del entretenimiento en Estados Unidos: Oscar, Emmy, Tony y Grammy. Moreno, de origen puertorriqueño, ha sido una pionera en la representación de los latinos en Hollywood y ha abierto caminos para las generaciones futuras en la industria del entretenimiento.
Lin-Manuel Miranda: Conocido por su innovador musical “Hamilton”, Miranda ha revolucionado el teatro moderno. De ascendencia puertorriqueña, ha utilizado su talento y su plataforma para destacar las historias y las voces hispanas, además de su activismo en pro de las comunidades hispanas, especialmente después del huracán María en Puerto Rico.
Sonia Sotomayor: La primera jueza de ascendencia latina en la Corte Suprema de los Estados Unidos. Su nombramiento fue histórico y es vista como un símbolo de progreso y esperanza para muchos hispanos en Estados Unidos. Su carrera y su vida son ejemplos de superación y dedicación al servicio público.
Estas personas no solo han alcanzado logros impresionantes en sus respectivos campos, sino que también han abierto caminos y servido como inspiración para innumerables hispanos y otras personas en todo el mundo. Su legado va más allá de sus logros individuales, siendo faros de orgullo y ejemplos de lo que nuestra comunidad puede lograr.
Así mismo, hablemos de nuestra juventud, de esa generación que se está convirtiendo en una parte significativa de nuestra comunidad. Jóvenes nacidos entre 1997 y 2012, que están marcando el futuro de Estados Unidos con su energía, su cultura y sus sueños. Como hispanos, tenemos una responsabilidad con ellos: asegurarnos de que crezcan en un ambiente que respete y valore su herencia.
Pero también quiero destacar nuestra fuerza laboral. Un crecimiento impresionante en sectores como negocios, ciencias, artes y tecnología muestra que estamos llegando a ocupaciones cada vez más calificadas. A pesar de enfrentarnos al racismo y la discriminación, estamos avanzando, y eso es algo que debemos celebrar.
Aún así, hay mucho trabajo por hacer. Necesitamos seguir luchando por el reconocimiento de nuestras contribuciones en todos los aspectos de la sociedad estadounidense. Desde las artes hasta la política, debemos asegurarnos de que nuestra voz se escuche y se respete.
Al reflexionar sobre el Mes de la Herencia Hispana, me embarga un sentimiento de orgullo, pero también de responsabilidad. Esta celebración es un recordatorio potente de nuestro viaje colectivo, de las luchas y triunfos de la comunidad hispana en Estados Unidos. Es un tiempo para reconocer no solo lo que hemos alcanzado, sino también para contemplar el camino que aún nos espera.
Esta herencia hispana que celebramos no es solo un conjunto de fechas y eventos históricos; es la vitalidad de una cultura que se ha tejido en el vasto tapiz de esta nación. Es la resiliencia de generaciones que han enfrentado adversidades, pero que han contribuido inmensamente a la sociedad. Desde los campos de la ciencia y la tecnología hasta las artes y la política, nuestra influencia es indiscutible.
Sin embargo, la celebración de nuestra herencia va más allá de un reconocimiento; es un llamado a la acción. Debemos usar este tiempo no solo para reflexionar sobre nuestros logros, sino también para abogar por un cambio positivo en nuestras comunidades. Esto implica educar a los más jóvenes sobre sus raíces, luchar contra los estereotipos y la discriminación, y trabajar incansablemente por la igualdad de oportunidades.
La celebración de la Herencia Hispana también debe ser un momento de unión y solidaridad entre todas las culturas que conforman esta gran nación. Aunque cada grupo tiene su propia historia y sus propias luchas, compartimos el deseo común de prosperidad, respeto y reconocimiento.
Para finalizar, me gustaría dejarles una invitación: sigamos compartiendo nuestra cultura, nuestra lengua y nuestras tradiciones. Sigamos siendo embajadores de nuestra herencia hispana, no solo en este mes, sino cada día. Recordemos que cada uno de nosotros tiene un papel crucial en la construcción de un mundo más inclusivo y respetuoso. Nuestra herencia hispana es un tesoro que debemos cuidar, nutrir y, lo más importante, compartir con orgullo.
Aquí puedes ver un video en donde hablo un poco más acerca de esto:
https://youtu.be/lm7JlaFsci4?si=Ddj8KM-Ibh8V8Dz4